VIVIENDO LA CUARENTENA

No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que esta cuarentena no es tan simple como quedarse en casa y evitar salir, esta llena de cosas que nos ponen a pensar, todo el movimiento que han creado los medios, en lo social, en nosotros, en el mundo en general. Es increíble ver como las empresas han cambiado, como parte de la propaganda casual que veíamos comenzó a adaptarse y promocionar el mensaje de todos los días, quédate en casa, está en tus manos.

Al menos yo, tengo dos dilemas que me rondan la cabeza, puedo acostarme, dormir, y no hacer nada, porque nunca voy a tener tanto tiempo libre, o, ser productiva y hacer o aprender cosas que no hacía porque no tenía tiempo. Así que decidí balancearlos con el colegio, mis clases de deporte por fuera, etc. Ahora, todo parece normal, los horarios se acomodaron tanto a como antes, que ya ni siquiera noto los meses enteros en los que no he salido a la calle.

Mi cuarentena inició apenas volví de la excursión que hubo en mi grado en Boyacá. Tenía muchas ganas de volver al colegio, pero apenas llegué del aeropuerto, me tocó quedarme en casa. Logré salir a la calle por fin más de un mes después, bajo todas las medidas, claro.

Sinceramente, el hecho de quedarme en casa no me ha afectado tanto, realmente lo resisto. No puedo decir que estuviera acostumbrada a hacer nada en mi casa, pero tampoco que me encantara vivir en la calle, simplemente no le veo problema. Me gusta el hecho de transformar un hueco tan grande como el coronavirus en una manera de agrandar nuestra unidad como país, comunidad, o familia. Al final, también deberíamos dejarle algo de tiempo a ver lo positivo de la cuarentena.