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Con frecuencia se asocia el deporte a una práctica que tiene lugar entre diversas personas compitiendo, solos o en equipos, entre sí. Sin embargo, hay otros deportes en que el resultado depende de la colaboración íntima que puede surgir entre un ser humano y un animal, en este caso, un caballo. Así, en esta entrevista vamos a conocer un poco más sobre Isabella Vélez estudiante del grado séptimo A del Gimnasio la Colina que practica equitación.
Mariana Gómez: Cuéntenos, en su vida ha practicado varios deportes, ¿pero que le hizo escoger equitación?
Isabella Vélez: En mi finca siempre toda la vida hubo caballos, en especial un percherón blanco en el que siempre montaba a cabestro (cuando alguien no sabe montar a caballo y el caballo es guiado a través de una cuerda por otra persona). También la película de Disney, Juego de gemelas, fue una gran inspiración, ya que en la escena donde una de las gemelas monta a caballo con su papá, la niña estaba montada en una yegua blanca. Así que cada vez que veía la película me acordaba de la yegua de mi finca. Desde hace mucho tiempo me daban ganas de aprender a montar sin cabestro porque ver a la niña montar me parecía muy chévere, entonces comencé a insistirle a mi mamá con lo de aprender a montar hasta que me llevó a clases.
MG: ¿Cómo descubrió la equitación?
IV: Después de entrar a clases de equitación, yo veía en otros picaderos a jinetes haciendo salto y me pareció lo más wow [sic], entonces mi entrenadora me empezó a enseñar salto.
MG: ¿Cuánto tiempo lleva practicando equitación?
IV: Estoy practicando equitación desde enero del 2015.
MG: ¿Cuáles son sus mayores expectativas con este deporte?
IV: Poder convertirme en una profesional, y viajar por el mundo compitiendo.
MG: ¿Cuál, o cuáles, son sus motivaciones para seguir adelante con el deporte?
IV: El afecto que le tengo a mis caballos; amo el deporte y además soy buena en él, lo cual no pasa con muchas cosas; y, finalmente, quiero hacer sentir orgullosos a mis padres.
MG: ¿Qué persona la condujo a este deporte?
IV: Nadie, yo llegué sola a él.
MG: ¿Cuál, o cuáles, son las épocas más difíciles que has tenido que afrontar?
IV: Bueno, la primera sería justo después del Departamental, en noviembre del 2016. En el primer entreno postcompetencia a Merlín, mi caballo, le dio una tendinitis en la pata frontal derecha y estuvo enfermo por dos meses y medio. En marzo del mismo año le dio una infección en la ranilla (parte del casco de la pata), dando como resultado que no pude montar a Merlín en cinco meses. Finalmente, otro momento difícil fue en agosto de 2016, mes de mi primera competencia. En esa ocasión, no supe controlar tiempos y longitudes, además no logré acoplarme con Merlín y, básicamente, el caballo me arrastró por todo el picadero.
MG: ¿Puede hacer un balance comparando su primera competencia con la última a la que asistió?
IV: En mi primera competencia estaba tan nerviosa que se me olvidó saludar a los jueces, y además no esperé a que me dieran campana de salida; ya en la última competencia, que fue de la liga, competí con Merlín y mi yegua Tormenta. Ahí gané Tercer puesto con Merlín en la categoría 80 a 90 cm, y con Tormenta gané el primer puesto en la misma categoría.
MG: ¿Qué le recomendaría a una persona que quiera practicar este deporte?
IV: Que tiene que tener paciencia, entender que el caballo no va a hacer todo el trabajo por él o ella, y recursos, porque este deporte tiene un precio elevado.
MG: Gracias Isabella por tu colaboración, eres una gran deportista. Ojalá que nunca pares y sigas adelante.