Gabriel Dotto es un joven argentino de 29 años, que desde siempre ha tenido el gusto por viajar, ya sea solo o acompañado. Después del fallecimiento de su padre, en el 2014, recibió una motocicleta como obsequio por parte de su madre y empezó a desarrollar el gusto por viajar en un vehículo como este, precisamente porque se le hacía fácil escapar de malas energías.
En 2015, él y sus amigos fueron en un viaje desde Tierra del Fuego (donde nació), ubicado en el extremo sur de Argentina, hasta Salta (su hogar), ubicado en el extremo norte.
En el 2017, hizo el viaje más extenso hasta entonces, en el que recorrió 21 de las 26 provincias de su país.
El año pasado, Gabriel, inició un viaje que iba a empezar en Salta, seguía hacia Mendoza y de ahí pasaba a Chile, después a Perú, siguió a Ecuador y terminaría en Colombia, siendo su meta llegar a Punta Gallinas, en La Guajira. Algo que él resalta es que lo bueno del mundo del motociclismo es que toda la comunidad es muy unida y, por ende, iniciar un viaje como este, con un presupuesto no tan alto no es muy difícil; pues muchos miembros de la comunidad están dispuestos a ayudar proporcionado hospedaje en cada ciudad por la que pasa.
Hasta ahora, dice que sus lugares preferidos del viaje han sido: Ushuaia en Argentina, La Mano del Desierto en Chile, Montaña de Siete Colores, Cañón del Pato, Ñudo y Punta Olímpica en Perú; el Volcán Quilotoa, Baños, Tena y las playas en Ecuador; y la Costa, Cali, El Eje Cafetero, Barú, Minca, Punta Gallinas y Boyacá en Colombia. Cuando llegó al país, se quedó un tiempo trabajando en Cali y fue en ese momento que se puso como objetivo llegar hasta Punta Gallinas.
Una vez que llegó a su destino, ya era hora de iniciar el viaje de regreso, y cuando iba por Chiquinquirá, Cundinamarca, vio una moto que, desde lejos, parecía que iba arrastrando un bulto negro, pero cuando se acercó se dio cuenta que en realidad era un perro ensangrentado que iba amarrado con una cadena del cuello. Por más que le dijo al otro motociclista que parara, no le hizo caso. Así que Gabriel se bajó de la moto y empezó a grabar para que le prestaran atención; el video lo subió a las redes sociales y se terminó haciendo bastante popular. Sintió mucha pena por el perrito y rabia al ver el maltrato. Los hombres le dijeron que al perro se lo iban a llevar a su casa que quedaba cerca, él les preguntó si esa era la manera correcta de hacerlo. Después de esto metieron al perro en un costal blanco y fue ahí que Gabriel se enfureció más, y le ofreció al otro individuo que más bien él se lo llevaba hasta la casa, pero cuando llegó no había nadie, así que se lo dejó a una señora para que lo cuidara porque él no estaba en condiciones de cuidar de una mascota, al menos por el momento. Siguió hasta Bogotá, pero nunca paró de pensar en el perro y uno de sus amigos con los que se vio en Bogotá, le preguntó por qué no había llevado al perro (al igual que muchas de las personas que habían visto el video en redes). Le dijo que su prima tiene un campo y que ahí lo podían tener. Al día siguiente viajó de regreso por el perro y se lo llevó a Bogotá. Cuando ya lo tenía con él, se sintió muy feliz y según nos contó “fue como si toda la vida, el perrito, hubiese andado en moto”. Al final terminó quedándose con el perro al cual nombró Tobby y se lo va a llevar a Argentina. Además. le hizo una adaptación a la moto, para que pudiera viajar cómodamente. Han hecho un gran equipo viajero. Al pasar por Cali, tuvimos la suerte de conocerlos y admirar la grandeza de sus sentimientos y la capacidad de adaptación y amor del perro hacia su nuevo amo. Actualmente Gabriel y Tobby se encuentran atascados en Tena, Ecuador debido a la situación de las fronteras cerradas por el COVID-19. Esperamos ver las fotos de este gran dúo, en el hogar que los espera.
Pueden encontrarlos en redes sociales como: Gabriel DBiker y tobbygiuseppe en Facebook y en Instagram como: @gabrieldbiker y @tobbygiuseppe.