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Hay series que ves aunque nadie más se vea porque hay algo en tu alma que se ve reflejado en la pantalla. Hay series que son capaces de transportarte, tanto en tiempo como en espacio, debido a la magia de sus personajes. Hay series tan singulares que son capaces de sobrevivir épocas encantando a generaciones porque son únicas. Hay series que no son para todo el mundo. Una de estas series es Dr. Who.
Imagina por un momento que el trasfondo de la historia es el tiempo y el espacio. Imagina por un momento que, recortándose sobre una canina telefónica, de hecho sentado sobre ella, se halla un personaje, vestido con un largo abrigo y con una mirada que busca perforar tu espíritu. Ahora imagina que ese personaje, se enfrenta contra el universo entero, cuando tiene que hacerlo, sin nada más que un destornillador. No un arma capaz de destrozar mundos, no un arma para destrozar la carne y el hueso, no un arma nacida del fuego y del odio, sino una herramienta para arreglar las cosas, para construir, para ajustar. Y si a eso le añades una enorme capacidad de amar, tan grande que tiene dos corazones, entonces te estás haciendo una pequeña imagen de lo que es el Dr. Who.
Dr. Who es una serie inglesa de ciencia ficción que tiene más de cincuenta años de existencia. Comenzó intentando ser una serie concebida para enseñar historia y se quedó debido al enorme gusto e interés que generó en el público, inglés primero, y luego de todo el mundo. Su protagonista ha sido un hombre improbable que desafía toda ley de lógica armado con un destornillado sónico y una sonrisa a toda prueba. Sin embargo, no siempre ha sido el mismo hombre, ni siempre ha sido el mismo rostro, porque el Doctor tiene la capacidad de regenerarse, de cambiar, de ser siempre otra persona sin traicionarse a sí mismo. Incluso, en su última regeneración, se ha transformado en una mujer.
Por supuesto no todo ha sido un camino de rosas. La serie original se emitió hasta 1989, y la serie contemporánea reinició en 2005, dando origen a su paso al menos ya a tres spin-off. Sus seguidores son conocidos como whovianos, y en el colegio, hasta el momento se han conocido solo tres, siendo una ya egresado, otro un profesor, Diego Marín, y otro Valeria Ángel, estudiante de grado once. Así que si quieres hablar con alguien de una serie diferente a cualquier otra, ya sabes a quien buscar.