Ilustración de Daniela Puerto
El mundo era un lugar recién hecho cuando el Arcángel Gabriel holló el suelo con sus pies. Los colores acababan de ser inventados y ninguno de ellos tenía nombre todavía. El mundo era un lugar tierno y Dios lloraba sobre él.
- ¿Por qué lloras? – preguntó Gabriel conmovido. La eternidad era larga, y en ella el rostro de Dios siempre había sido inmutable.
- Porque mis tiempos son perfectos.
- No te entiendo Señor – respondió Gabriel, y sus pestañas acariciaron sus mejillas al cerrar los ojos.
- He creado el mundo y he creado al hombre Gabriel. Y para ti es hermoso, porque para ti solo existen en este instante; pero yo veo también su primer error y sufro por ello. Sufro porque su primer error será mi primer dolor, y luego será mi primera ira, y luego ellos conocerán el dolor, y la ira, y el amor.
- ¿Pero no habrá valido la pena todo ese sufrimiento para que ellos conozcan el amor? – preguntó Gabriel.
- El problema es que son imperfectos. A tu manera solo ven el tiempo un segundo a la vez. Yo veo en cambio la primera traición, la primera muerte y la primera maldición, todo al mismo tiempo. Y después de milenios de pecado y muerte y dolor, buscaré eliminarnos de la faz de la tierra. Y sin embargo, sin embargo Gabriel – aquí la voz de Dios vaciló- les daré otra oportunidad, los dejaré navegar sobre las aguas y finalmente, después de milenios de terca arrogancia, les daré a mi hijo para que lave sus pecados, y aun así no entenderán.
- ¿Por qué no los eliminas entonces de una vez de la faz de la tierra? – preguntó entonces Gabriel, intentando retener a duras pena las lágrimas que pugnaban por escapar al ver el dolor inmenso en el rostro del creador.
- Porque entonces, Gabriel, ¿qué sentido tendría todo? – respondió Dios, y su rostro se iluminó con una sonrisa que hizo brillar la creación entera, mientras ponía a la mujer al costado del hombre.
Backstage
Cuando leí las sugerencias de épocas de los lectores me sentí desafiado e intrigado. Hubo muy buenas opciones: La época de Jimmy Hendrix o la época de la telenovela Azúcar o el cyberpunk (que no es una época en sí misma, sino una época de la ciencia ficción). Sin embargo, dos se destacaron de inmediato, el año 475, en el medioevo y el año 0. Finalmente, alguien que no fue Melissa se decantó por el año 0.
Tiene mucho de poético el año 0. Marca un momento en el que nada era, en el que todo podía ser. Lo primero que se me ocurrió fue que podía trabajar en ese instante en que el primer hombre se irguió sobre sus dos pies y razonó sobre sí mismo. Sin embargo, la idea estaba más cercana a la poesía o a la filosofía que a un cuento que, ya se sabe, debe mantener la tensión narrativa el mayor tiempo posible. Había reflexión en esa idea, no conflicto.
Debo confesar que me sentí derrotado por un momento. Pero entonces la vieja idea de la creación vino a mi encuentro. El resultado lo han terminado de leer, y por alguna razón que no termino de comprender es el que prefiero hasta el momento.