No hay etiquetas aún.
Escrito por José Saramago
Publicado por Punto de lectura
Disponible en la Biblioteca Rosario Casas
Mucho se hablar acerca de la muerte y de nuestro temor a morir y de que aquellos a quienes amamos mueran. En gran parte este miedo se da porque desconocemos si sucede algo después de ella, si nuestra consciencia se mantendrá o si esta se diluye por completo, como lo hace el humo de una vela cuando soplamos su llama. Sin embargo, más allá de nuestro miedo, ¿qué pasaría si de un momento a otro la muerte dejara de prestar su servicio? Esta es, precisamente, la pregunta que plantea José Saramago en Las intermitencias de la muerte.
Las consecuencias, por supuesto, son más complejas de lo que podríamos concebir desembocando en un montón de situaciones inverosímiles, a cada cual más cómica y trágica que la anterior, puesto que aquello que en un primer momento se celebra, un momento después se lamenta. Así pues, ¿qué es de aquel a quien le acaba de disparar en un atraco? O ¿qué pasa con aquellos amantes, uno de los cuales está gravemente enfermo? O, ¿qué sucede cuando los ancianos siguen sumándose y sumándose y sumándose sin poder descansar de sus dolores y cansancio? Además, ¿qué decir de aquellos que padecen de enfermedades dolorosas y no pueden descansar de ella?, ¿qué pasa con los condenados a muerte? y ¿los bandos en guerra?
Antes de sumergirte en este precioso libro del ganador del Nobel, José Saramago, has de tener en cuenta unas pequeñas características de su estilo: 1. Es un autor al que no le gustan los párrafos convencionales. De hecho, su signo de puntuación favorito es la coma, razón por la cual, puede extender un párrafo durante páginas si lo considera necesario. 2. No pone guiones en los diálogos, razón por la cual te cuesta un poco acostumbrarte a saber quién dice qué en algunas conversaciones. Sin embargo, no permitas que esto te aleje de la posibilidad de leer este autor. Es, como todo, una cuestión de costumbre.
Las intermitencias de la muerte es un libro que te muestra, bien o mal, que la muerte es una cara imprescindible de la existencia y que a partir de ella construimos más sentidos acerca de la vida de lo que piensas en un primer momento.