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MI RAZÓN DE VIVIR


Pintura: Nenufares de Claude Monet.

Natalia Posada fue la ganadora del primer lugar en la categoría A del I concurso de cuento del Gimnasio la Colina. Sobre Mi razón de vivir, el jurado manifestó:

“en el primer lugar tenemos una historia que nos permite reflexionar sobre el artista y su obra. Este cuento nos plantea preguntas profundas cómo ¿La ida imita al arte o el arte imita a la vida? o ¿nuestra obra refleja lo que somos o somos incluso nuestra propia obra? Por un gran dominio de los diálogos y del elemento fantástico en la narración se concede el primer puesto a Mi razón de vivir de Natalia Posada.”


Mi imagen volvió a aclararse, pero todo era distinto. Antes estaba en mi taller de pintura, ahora estaba en un bosque. Este tenía animales, un arcoíris y una cabaña, tal como en mi dibujo.


Olía a galletas como las de mi mamá. El olor era tan fuerte que me volteé y vi una pantalla gigante muy extraña. Del otro lado se veía mi taller y mi papá buscándome mientras aspiraba el cuarto.


¡Era como si estuviese dentro del CUADRO!!!


¡NO!, era lo único que decía en mi cabeza.


¡Piensa Nat!


De repente me vino una respuesta.


¡Claro! ¡Es un sueño, estoy inconsciente!


Se supone que si te pellizcas y te duele no es un sueño, así que lo intenté y para mi gran sorpresa me dolió mucho, creí que se me habían agudizado los sentidos.

Intenté llamar a mi papá que se encontraba en el estudio. Sin embargo, no me escuchaba. Se acercó al dibujo y lo miró detalladamente.


- ¡Wow, no sabía que se estaba dibujando a ella misma!, me había comentado que iba a hacer un paisaje -, exclamó.


Tuve una gran idea, que fue escribir en la pantalla: Papi, sácame de aquí.


Saqué lodo de la tierra y lo usé como si fuera un marcador.


Él lo vio y dijo: -¿Qué?, ¿cómo?


Me buscó adentro. Le conté lo que me había sucedido. Ambos pensamos que si entré al cuadro de un golpe debo salir al revés.


- ¡Claro, la aspiradora! Si la uso en el cuadro tal vez te saque. ¿Lo intentamos?, dijo papá.


- No hay de otra -, contesté.


Mi papá empezó con el plan. Sentí una gran fuerza hasta que todo se oscureció otra vez.


¡Lo logré, salí! No lo podía creer. Abracé a mi papá, nada fue un sueño. Ahora queda un misterio, ¿cómo logré entrar?

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