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Ilustración de Maia González
¿Alguna vez has sentido que se te cae el mundo solo con mirar a los ojos a una persona? ¿Alguna vez has sentido que tu respiración depende únicamente de su presencia? Eso es atracción, o tal vez interés, o tal vez un conjunto sentimientos encontrados que decidimos llamar amor. Amor, amor, amor, una palabra que hemos escuchado miles de veces sin siquiera saber su verdadero significado. Pero, ¿será qué hay alguna forma de definirlo? Muchos dirán que sí, otros que posiblemente y algunos atrevidos dirán que no. Yo me considero parte del último grupo, creo que es una palabra tan común y tan usada que hemos perdido la noción de lo que implica estar enamorado.
Hace algunos años se podría decir que se amaba de verdad, las personas eran mucho más felices, sentimentales y menos superficiales. Las relaciones comenzaban desde los catorce años y duraban para siempre, las personas tenían o muy pocos amores, o uno en toda su vida, y solo decían te amo cuando su corazón lo sentía. Hoy en día es otra historia... nos hemos vuelto tan insensibles y deshonestos que pronunciar estas palabras no significa nada para nosotros, ni siquiera necesitamos una carga emocional para hacerlo.
Algo que nunca cambia es el primer amor, las primeras mariposas en el estómago, las manos temblorosas y ese miedo a un sentimiento desconocido combinado con esa adrenalina de conocerlo completamente. Hay una persona que siempre es la primera y que nos marca. Definitivamente nadie se olvida de la primera vez que sintió algo tan raro y tan feliz.